En el contexto del Día Mundial de los Humedales, que se festeja el 2 de febrero, una prominente empresa embotelladora ha reiterado su dedicación hacia una gestión del agua responsable y al cuidado del medio ambiente mediante la instalación de humedales artificiales en México. Con estas acciones se pretende tratar las aguas residuales de forma natural, fomentando su reutilización en actividades productivas y apoyando el bienestar de las comunidades locales.
Apuesta por soluciones sostenibles
La compañía, junto a una destacada empresa de bebidas, ha destinado más de 80 millones de pesos a soluciones sostenibles para el tratamiento de aguas residuales en el país. Este esfuerzo colaborativo ha dado lugar a la creación de dos humedales artificiales situados en Cihuatlán, Jalisco, y en el Valle de Mexicali, Baja California. Estos proyectos están concebidos para procesar de forma natural el agua residual, facilitando su reutilización en riego agrícola, procesos industriales y conservación ecológica, lo que refuerza la sostenibilidad de los ecosistemas locales.
Humedal ubicado en Cihuatlán, Jalisco
El humedal ubicado en Cihuatlán se extiende por más de 3 hectáreas y utiliza un sistema que integra biofiltros de arena y grava con plantas de raíces bulbosas. Este diseño facilita la eliminación natural de contaminantes, logrando un flujo constante de aproximadamente 34 litros por segundo, lo que equivale a tratar más de mil millones de litros de agua al año. Este proyecto beneficia a más de 18,000 personas anualmente, contribuyendo a la recuperación de lagunas locales y promoviendo la biodiversidad de la región. Además, abastece un vivero agroforestal de 780 metros cuadrados, donde los residentes cultivan plantas ornamentales, fortaleciendo la economía local.
Humedal en el Valle de Mexicali, Baja California
En el Valle de Mexicali, se ha construido otro humedal artificial con sistemas de filtración similares. Este proyecto puede tratar cerca de 900 millones de litros de agua al año, logrando una eficiencia del 75% en la reducción de contaminantes y con una futura capacidad de hasta 70 litros por segundo. El agua tratada se utiliza principalmente para el riego agrícola, apoyando la seguridad hídrica de la región y beneficiando a más de 28,000 personas.
En el Valle de Mexicali, se ha desarrollado otro humedal artificial con sistemas de filtración similares. Este proyecto tiene la capacidad de tratar cerca de 900 millones de litros de agua al año, alcanzando una eficiencia del 75% en la reducción de contaminantes y con una capacidad futura de hasta 70 litros por segundo. El agua tratada se destina principalmente al riego agrícola, apoyando la seguridad hídrica de la región y beneficiando a más de 28,000 habitantes.
Ambos humedales se basan en procesos naturales y utilizan sustratos y plantas que funcionan como fito-depuradoras, es decir, plantas que purifican el agua residual. Esta tecnología disminuye los costos de mantenimiento y favorece la sostenibilidad a largo plazo. Al emplear los desniveles del suelo para gestionar el agua y los lodos mediante la gravedad, se elimina el uso de productos químicos y se reduce el consumo energético, proporcionando una alternativa ecológica y eficaz para el tratamiento de aguas residuales.
Compromiso con la comunidad y el entorno natural
Compromiso con la comunidad y el medio ambiente
Reconocimiento y cooperación
Reconocimiento y colaboración
Durante la inauguración del humedal en el Valle de Mexicali, autoridades estatales y municipales destacaron la importancia de la colaboración entre el sector privado, organizaciones de la sociedad civil y el gobierno para mejorar las condiciones de vida de los habitantes. La gobernadora de Baja California enfatizó que, al sumar esfuerzos, es posible contribuir de manera significativa al bienestar de las comunidades, especialmente aquellas con mayores necesidades.
Perspectivas futuras
La empresa planea continuar desarrollando proyectos similares que promuevan la sostenibilidad hídrica y el cuidado del medio ambiente. Estas acciones no solo buscan mitigar el impacto ambiental de las operaciones industriales, sino también generar beneficios tangibles para las comunidades locales, fomentando un desarrollo más sostenible y equitativo.